Por Arturo Rosas H.
CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.
A pesar de las precipitaciones que se registraron en las últimas semanas, Tamaulipas no está exenta de caer bajo un proceso de sequía durante el 2022, debido a que el 54 por ciento de sus habitantes están concentrados en la frontera donde existe una mayor demanda del vital líquido para riego y consumo humano.
Lo anterior, lo advierte el experto en materia hidráulica Raúl Quiroga Álvarez, y asegura que la incertidumbre está fundada porque la Cuenca del Río Bravo, se mantiene en una crisis de agua, igual que la cuenca del Río San Juan, las cuales entregan agua a esta región del Estado tanto para riego, como para el consumo humano.
Observa que estas Cuencas “están agotadas” y las presas internacionales como la Amistad y la Falcón, actualmente tienen un almacenamiento de 366 millones de metros cúbicos de aguas nacionales, pero son “insuficientes” para atender la demanda que se requiere.
Como ejemplo, señala que la presa la Amistad tiene un almacenamiento del 13 por ciento, mientras que la presa la Falcón, guarda únicamente el 10 por ciento, por lo que entre ambas tienen 366 mm3 de agua.
Sin embargo la frontera tiene un requerimiento de un mil 600 mm3 de agua, por lo que existe un déficit de 1 mil 234 mm3 que nadie sabe de dónde los van a sacar para atender para el consumo humano y para la agricultura en el Distrito de Riego 025.
Ello, dice, sin contar los 461 mm3 que México está obligado a pagar a Estados Unidos, en caso que lo exijan los agricultores texanos.
“El problema es que, en la frontera norte de Tamaulipas, no hay agua suficiente ni para atender el consumo humano que tienen las ciudades de Nuevo Laredo, Guerrero, Mier, Camargo, Miguel Alemán, Díaz Ordaz, Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso y Matamoros, ya que las presas están secas”, concluyó.
