MATAMOROS, Tamaulipas.

En Matamoros no se tiene xenofobia a los migrantes, lo que se está exigiendo es que respeten el Bando de Policía y Buen Gobierno, afirmó tajantemente el secretario del Ayuntamiento, Federico Fernández Morales, quien ayer acompañó a un grupo de congresistas de los Estados Unidos a visitar el campamento y recibió reclamos en el sentido de que no se les brindaba ayuda.

Tras esa situación, el Fernández Morales declaró a los medios de comunicación, que los migrantes están en Matamoros no como invitados, sino como visitantes en espera de la visa humanitaria que le están solicitando al gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica.

Explicó que el Gobierno Municipal no aplica, ni aplicará recursos en el campamento de los migrantes y lo único que se ha hecho hasta ahora, es brindar un poco de ayuda en tema de salud y algunos servicios, tratándose de una ayuda humanitaria.

“En la visita que hicimos este viernes por la mañana, lo único que pedí a los extranjeros es reciprocidad, porque si los estamos albergando en la ciudad, al menos deben tener una buena conducta, pero a cambio recibimos una serie de exigencias”, agregó.

Fernández Morales mencionó que si las personas no se sienten a gusto en este país, pueden regresar a su origen e incluso informó “hay facilidades para que lo hagan a través del Instituto Nacional de Migración”.

“La verdad que hemos sido muy tolerantes con los migrantes, pero esto ya se salió de control, ahora quieren exigir al municipio y no quieren acatar reglas; dinero si tienen porque sabemos que hacen fiestas en donde hay bebidas alcohólicas, entonces considero que tenemos que ser estrictos en la aplicación de la ley”, dijo tajantemente.

No se puede estar ahí como si fuera un campamento de fiestas, es un campo migratorio y tiene que respetar las leyes mexicanas, porque hay límites y la paciencia de los matamorenses ya llegó al extremo, aseguró.

El funcionario municipal dijo que el embajador de Honduras en México tiene conocimiento de que algunos de los extranjeros tienen una mala conducta y que se han negado a tramitar su documentación para trabajar como lo ha hecho un grupo de cubanos, que ya se incorporó a la vida productiva en esta ciudad.