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Haroldo Fajardo aplaude la diversidad de miradas en el cine

México, (Notimex).- El cine nacional vive en la actualidad un momento privilegiado y, específicamente en Guadalajara, hay una enorme diversidad, lo que ha convertido a esta ciudad en un semillero de talentos, afirmó el cineasta mexicano Haroldo Fajardo.   En entrevista con Notimex aseguró que hay “un montón de voces” que están contando grandes propuestas entre sí,…
Por Crónica Digital MX
mayo 21, 2019
México, (Notimex).- El cine nacional vive en la actualidad un momento privilegiado y, específicamente en Guadalajara, hay una enorme diversidad, lo que ha convertido a esta ciudad en un semillero de talentos, afirmó el cineasta mexicano Haroldo Fajardo.

 

En entrevista con Notimex aseguró que hay “un montón de voces” que están contando grandes propuestas entre sí, que trabajan desde distintos ángulos y cuyas propuestas están dirigidas a distintos públicos, declaró en entrevista con Notimex.

Un ejemplo de ello, dijo, es el director mexicano Samuel Kishi, egresado de la Universidad de Guadalajara, quien en 2013 terminó su ópera prima Somos Mari Pepa, que fue parte del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés) y en 2014 fue seleccionado para el Festival de Berlín, en Alemania.

O bien, está Frank Rodríguez, quien desarrolla proyectos más comerciales y hace algunas semanas inició el rodaje de su película Todo, en el Centro Histórico de Guadalajara.

Fajardo celebró la existencia de películas que están llevando a la gente a las salas y las que representan a México en el extranjero, o bien, que son parte de festivales, circuitos pequeños o muy cerrados.

En Guadalajara, por ejemplo, consideró que hay pocos lugares dónde proyectar las películas; no obstante, añadió que están el más icónico quizá, el Cineforo de la Universidad de Guadalajara; la Cineteca Nacional de esa ciudad, o bien, la sala que tiene el Hospicio Cabañas. “Pero por ejemplo un Cine Tonalá o una Casa del Cine no hay”.

Señaló que en Guadalajara sí hay una profesionalización, cuadros muy interesantes, las escuelas de cine que se están esforzando un poco más, son más serias y forman mejor a los futuros cineastas en las ramas de actuación, producción, fotografía, doblaje y demás áreas.

En este ámbito se pueden mencionar el Centro de Estudios Cinematográficos, la Universidad de Medios Audiovisuales, la Academia de Cine de Guadalajara o la Universidad de Guadalajara, por mencionar algunos.

Más allá de que se hagan muchas o pocas películas al año en este país, lo importante para él es que hay una diversidad de voces que dialogan entre sí y que conviven con los demás filmes, al margen de quienes son sus realizadores o sus públicos.

“Las películas son de alguna forma una huella del mundo, del país y de la situación que vivimos, y que haya una diversidad de voces habla de una riqueza en muchos sentidos en México. Creo que el arte es esa voz que nos tiene que dar esa esperanza, que considero hace falta mucho en el país y en la realidad inmediata”, aseveró.

Fajardo Ibarra promueve actualmente su segundo largometraje titulado La incertidumbre, que se estrenó el año pasado en el GIFF.

Señaló que esta historia ya vive entre los cinéfilos, por lo que ahora escribe lo que espera que se convierta en su tercera película que proyecta filmarla, no este año, sino el que sigue o un poco después.

El nuevo largometraje, adelantó, busca otro tipo de estéticas y narrativas que con las que ha trabajado hasta el momento, lo que requiere de un proceso de planeación; por esto, su trabajo ha sido muy complicado, pero también gozoso, “eso es lo que sigue para mí en particular”.

Vale la pena mencionar que el primer filme de Fajardo fue No hay nadie allá afuera (2012), que formó parte de la Selección Oficial de Largometraje Mexicano en el décimo Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).

En ésta tomó las riendas de la dirección y el guion, mientras que la producción fue de Yezin Carrillo. Con las actuaciones de Manuel Maracara, la historia trata acerca de “Gerardo”, quien deja que pasen los días mientras ensaya con su banda de rock.

Él vaga por las calles buscando con quién encontrarse y evade la inevitable confesión de su amor hacia “Andrea”; al mismo tiempo evita el encierro en su casa, que hace tiempo no es un hogar.