“Tuve episodios de depresión y mi corazón se rompió el año pasado porque, sin saberlo, puse tanta validez en la reacción del público, y el público no reaccionó de la manera que esperaba”, dijo Katy Perry a la revista.

Lo anterior derivó en que la cantante buscara ayuda profesional en el Instituto Hoffman, en San Rafael, California, donde recuperó el ánimo al sentirse recargada y revitalizada.

Además, Katy quedó sorprendida por el tratamiento que recibió, que comenzó a obsequiar certificados de regalo a sus amigos, motivándolos a buscar ayuda profesional en esa institución cuando necesiten un avance en la vida o un cambio de mentalidad.

Ahora, asegura que comprendió que no era necesario que ser un desastre emocional el intentar ser una cantante y compositora exitosa.

Con información de Radio Fórmula.