viernes 20 de septiembre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

Hace 25 años murió Héctor Lavoe, el maestro de la salsa

Cuando el reguetonero Maluma interpretó hace unos meses en un concierto en Bogotá el tema "El Cantante", uno de los grandes éxitos de Héctor Lavoe, le llovieron las críticas. Sobre todo a los amantes de la salsa les pareció casi un sacrilegio que el artista colombiano osara hacer suyo uno de los clásicos del cantante…
Por Crónica Digital MX
junio 29, 2018

Cuando el reguetonero Maluma interpretó hace unos meses en un concierto en Bogotá el tema “El Cantante”, uno de los grandes éxitos de Héctor Lavoe, le llovieron las críticas. Sobre todo a los amantes de la salsa les pareció casi un sacrilegio que el artista colombiano osara hacer suyo uno de los clásicos del cantante puertorriqueño, de cuya muerte se cumplen este viernes 25 años.

Aparte de que “El Cantante” requiere de un registro vocal del que no demasiados intérpretes pueden presumir, es un tema emblemático de Lavoe porque resume la tragedia de un artista de orígenes humildes que se convirtió en un ícono del género salsero y murió en la soledad, con apenas 46 años, consumido por una vida de excesos.

Y nadie pregunta, si sufro si lloro, si tengo una pena, que hiere muy hondo. Yo soy el cantante, porque lo mío es cantar y el público paga para poderme escuchar“, reza la canción, que apareció en “Comedia”, el tercer disco en solitario de Lavoe publicado en 1978.

En él, el intérprete nacido como Héctor Juan Pérez Martínez volvía a demostrar sus dotes de sonero -esos contados cantantes de salsa que dominan la improvisación y el fraseo- combinados con un sonido nasal, una forma de alargar las sílabas y una “guasa” (ironía) singulares.

El tema fue compuesto por otros dos grandes del género, el cantante panameño Rubén Blades y el arreglista estadounidense de origen puertorriqueño Willie Colón, al que Lavoe conoció en el Bronx de Nueva York cuando ambos eran unos adolescentes. Mutuamente impulsaron sus carreras cultivando la imagen del “malo” (nombre que Colón le dio en 1967 al primero de los álbumes que compartirían) y revolucionando la forma de interpretar la música tropical.

Ellos respondían de manera plena y exclusiva al ‘sonido Nueva York’, caracterizado básicamente por su olor a calle, por tener el barrio como único distintivo y por ser radicalmente diferente a todo lo que había sonado antes“, escribe César Miguel Rondón en “Salsa – Crónica de la Música del Caribe Urbano”, uno de los referentes del género.

Y eso que cuando Lavoe conoció a Colón, que con 15 años ya tenía en Nueva York una banda propia, descartó toda colaboración. “Era el grupo más malo que yo había oído, era malísimo, y yo no quería cantar con ese grupo“, contó en una entrevista el propio cantante, quien había abandonado su Ponce natal a los 16 años para probar suerte en la Gran Manzana. Allí vivió con Priscila, una de sus siete hermanos.

Pero la colaboración de Lavoe y Colón, que pronto serían fichados por el mítico sello “Fania Records” y para sus famosos conciertos “All Stars”, resultó ser prodigiosa (como más adelante la dupla Colón-Blades). Entre 1967 y 1975 grabaron diez discos con canciones inmortales como “Te están buscando”, “Che Che Colé”, “Te conozco”, “Juana Peña”, “Barrunto”, “La murga”, “Piraña”, “Soñando despierto”, “Aguanile”, “Todo tiene su final”, “Calle Luna, Calle Sol” o “El día de mi suerte”.

El éxito, sin embargo, continuó después de la separación -que nunca fue definitiva porque siguieron colaborando- y como solista Lavoe se consagró con temas como “Rompe Saragüey”, “Periódico de ayer”, “Juanito Alimaña” o “Plato de segunda mesa”.

Pero el artista conoció también el lado oscuro de la fama. Apodado ya “El Cantante de los Cantantes” o simplemente “La Voz”, comenzó a ser noticia por problemas con el alcohol y las drogas, por depresiones e intentos (fallidos) de desintoxicación. Este capítulo también lo recogió en 2007 la película “El Cantante”, con Marc Anthony y Jennifer Lopez, un filme que Colón descalificó como un proyecto meramente “oportunista” para explotar la imagen de Lavoe.

1987 fue particularmente difícil para el cantante. “Este año murió la mamá de mi esposa -mi suegra-, murió mi padre, murió mi sobrinita, la única que tenía, murió mi único hijo varón y se me quemó la casa, (por lo que) me tuve que tirar por una ventana“, relató Lavoe en una entrevista con el Canal 4 de Panamá. Al año siguiente, le diagnosticaron sida, que contrajo aparentemente por una aguja infectada, según contó su hermana Priscila en un documental de la cadena E! Entertainment.

Dicen quienes le conocían que fue la muerte de su hijo Héctor Jr. (en realidad tenía otro hijo de una primera relación), quien falleció por el disparo de una pistola que un amigo estaba limpiando, lo que verdaderamente quebró a Lavoe. Y la puntilla parece haber sido un malogrado regreso en junio de 1988 con un concierto en el Coliseo Rubén Rodríguez en Bayamón, suspendido por los organizadores al constatar que había muy poco público cuando Lavoe ya estaba actuando.

Un día después de esa humillación, Lavoe se tiró de la novena planta de un hotel local. Un entretecho amortiguó su caída, pero las heridas le dejaron graves secuelas. Cinco años más tarde, el 29 de junio de 1993, moría de un paro cardíaco en un hospital de Queens.

Hoy, 25 años después, Lavoe sigue siendo un referente, y no sólo para muchos vocalistas. “En su forma maravillosa de cantar, en su forma jocosa de ser, encerraba la esencia del pueblo latino, de lo que sufre y goza y ríe y llora un pueblo”, dijo de él otro gran cantante boricua, Cheo Feliciano (1935-2014).

Con información de Vanguardia.