miércoles 23 de octubre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

En Guadalajara no se rajaron; Puerto Rico, bicampeón

GUADALAJARA. Por segundo año consecutivo Jonathan Morales dio el batazo definitivo para los Criollos de Caguas, de Puerto Rico, que vencieron 9-4 a las Águilas Cibaeñas, de República Dominicana, y se convirtieron en el tercer equipo en ganar ediciones al hilo de la Serie del Caribe al quedarse con el campeonato de Jalisco 2018. Los…
Por Crónica Digital MX
febrero 9, 2018

GUADALAJARA.

Por segundo año consecutivo Jonathan Morales dio el batazo definitivo para los Criollos de Caguas, de Puerto Rico, que vencieron 9-4 a las Águilas Cibaeñas, de República Dominicana, y se convirtieron en el tercer equipo en ganar ediciones al hilo de la Serie del Caribe al quedarse con el campeonato de Jalisco 2018.

Los Criollos, campeones en Culiacán 2017, igualaron la hazaña lograda por los Tigres de Marianao, de Cuba, en 1957 y  1958, y por sus rivales de anoche, las Águilas Cibaeñas, en 1997 y 1998. Como equipo llegaron a cinco títulos en su historia y en el número 16 para los representativos de Puerto Rico.

Morales dio jonrón de tres carreras en la séptima, que completó un rally de cinco con el que los puertorriqueños le dieron la vuelta al partido. Un año antes Jonathan dio un elevado de sacrificio en la décima entrada para producir la única carrera con la que Puerto Rico derrotó a México.

Los dominicanos, que dejaron ir una ventaja de 4-1 desde la cuarta, llegaron a seis años en fila sin ganar un campeonato de Serie del Caribe, la sequía más larga de la historia.

Esta es la segunda ocasión que la Serie del Caribe se celebra en dos ediciones consecutivas en México. En Hermosillo 1992, y Mazatlán 1993, Puerto Rico también se llevó los títulos con los Indios de Mayagüez  y los Cangrejeros de Santurce, respectivamente.

La primera Serie del Caribe que se realizó en Jalisco cumplió a las expectativas y hasta hubo algo de pimienta al final: resulta que puertorriqueños  y dominicanos se regresaron en el mismo vuelo, un charter, unos festejando y los otros lamentándose.

Ayer hasta la lluvia respetó el juego final entre Puerto Rico y República Dominicana. Una sorpresiva llovizna vespertina amenazó con hacer la travesura, pero minutos antes de las ocho de la noche desapareció.

Tras unos pequeños arreglos al campo se pudo cantar  el playball, apenas media hora después de lo pactado. Los aficionados respondieron con otra gran entrada como lo fue a lo largo del torneo.

México entró al rescate este año por Venezuela y una vez más se apuntó el salvamento como anfitrión en el Clásico Caribeño.

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