Hace casi cuatro años, el 30 de noviembre de 2013, Paul Walkerperdió la vida cuando viajaba de copiloto en un Porsche Carrera GT 2005 que era conducido por Roger Dogas, el cual se impactó contra un árbol y se incendió.

Tras el accidente, la viuda de Roger demandó a la compañía automotriz asegurando que había defectos de fabricación y seguridad en el modelo, las acusaciones fueron desestimadas por la justicia.

Más tarde, en 2015, Meadow Walker inició una batalla legal contra Porsche, en la demanda Meadow señaló que la compañía automovilística conocía la “inestabilidad” de ese modelo y las consecuencias del diseño de los cinturones de seguridad.

“El cuerpo de Paul Walker fue impulsado hacia atrás con tanta fuerza que rompió sus costillas y su pelvis, manteniéndole atrapado en el asiento del copiloto, donde permaneció vivo hasta que el vehículo explotó un minuto y veinte segundos más tarde”, aseguró Meadow. “De no presentar estos defectos el coche, Paul Walker seguiría vivo hoy”, añadió.

Según informa People, Meadow y la compañía finalmente llegaron a un acuerdo, la hija de Paul recibirá 10 millones de dólares como compensación, no se dieron más detalles del arreglo.

En el pasado la firma automotriz había declarado que Paul era consciente del peligro del automóvil, investigadores consideraron que iban a muy alta velocidad.